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GRUPO: Haciendo pueblo [Comas-Lima]
OBRA: El cuento de la Violeta
TEXTO, DIRECCIÓN y ACTUACIÓN: Maritza Luera
MÚSICA y CANTO: Norman Gordillo
TÉCNICO: Rafael Peralta
DURACIÓN: 45' [07.25-08.10 pm]



El escenario está ocupado por una serie de objetos: trapo negro que oculta una cruz blanca, soporte de guitarra, silla, mesa con mantel rojo y silla.

La obra empieza con el sonido en off de un bombo leguero.

Maritza Luera vestida de blanco [blusa y falda] cruza el escenario de izquierda a derecha. Se calza y entra nuevamente al escenario portando una maleta marrón y una guitarra en su funda negra. Con estas actividades físicas instituye dos códigos fundamentales de la representación: estamos frente a una mujer que viaja y que a la vez está ligada a la música (luego se especificaría que está ligada al canto y la composición). E incluso se podría decir que también se instituye un tercer código: en ese ir y regresar, pareciera que se pretende insinuar esos cambios volitivos que luego veremos en el ánima del personaje.

La representación se sostiene en base a: diálogos, canciones, música en off, diálogos-actividades físicas y ciertas imágenes. Es decir, se apela, por un lado, al diálogo entre los diferentes tipos de códigos, y por otro, sobre la base de un personaje-base, en este caso la folclorista chilena Violeta Parra, se establece un desdoblamiento en otros personajes [madre de Violeta, esposo de Violeta, principalmente]. Sin embargo, el gran tema que subyace es la actitud de la mujer que se emancipa del rol tradicional asignado a la mujer, más allá de que si esto lo consigue o no.
Sospechamos que en el silencio que establece el público al finalizar el espectáculo, no sólo hay desconcierto, sino también, digamos por ahora, cierto respeto.

Sergio Velarde le advierte por primera vez al público que "está terminantemente prohibido hablar por celular...".

Se le invita al público a salir para adecuar el escenario de la siguiente representación.

[CONTINUARÁ]